Estudiantes de primer semestre de la carrera de arquitectura de la materia Fundamentos del diseño a cargo del Mtro. Ignacio Yépiz Villáburu, pusieron en práctica sus conocimientos, al mismo tiempo que contribuyeron a la preservación de las tradiciones mexicanas como es el culto al Día de Muertos, a través de la colocación de dos altares.
En ellos se recordó la memoria de diferentes pintores, literatos y arquitectos, y en su colocación representaron las leyes de la Gestalt y utilizaron la psicología del color.
Generalmente, los altares son de dos, tres y hasta siete niveles. En todos los casos los niveles inferiores representan la tierra y el inframundo, mientras que los superiores las dimensiones celestiales.
Con base a esto es que se colocan los distintos elementos que componen el altar:
La imagen del difunto, que se coloca en la parte más alta del altar;
Una cruz, que va al lado de la imagen del difunto, puede ser de sal o ceniza,
Una imagen de ánimas del purgatorio, sirve para que en caso de que el espíritu del muerto se encuentre en dicha instancia, salga más rápido,
Copal o incienso, que sirve para purificar y limpiar,
Arco, se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos,
Papel picado, representa la alegría del Día de los Muertos,
Velas, veladoras y cirios, representan la luz que guía,
Agua: es de mucha importancia porque refleja la pureza del alma, además sirve para que los espíritus mitiguen su sed. También se puede colocar un jabón o una toalla al costado, para que el difunto se pueda asear,
Flores de Cempasúchil: sirven de guía a los espíritus en este mundo,
Calaveras: sirven para recordar que la muerte siempre está entre nosotros,
Comida: se pone para que el alma que nos visita disfrute los platillos que le gustaron en vida,
Pan: representa la eucarestía;
Bebidas alcohólicas: igual que la comida, son para el disfrute de las almas;
Objetos personales: se colocan para que los difuntos recuerden sus momentos en vida.
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