Uno de los grupos representativos del Instituto Tecnológico Superior de Cajeme, en materia cultural, con mayor aceptación dentro y fuera de esta casa de estudios, es la TUNA ITESCA. La comunidad universitaria los identifica por diferentes motivos y razones, ya sea por la vestimenta, por los instrumentos musicales, por los timbres peculiares de los mismos, por las letras de sus canciones o por su ya plenamente identificable estilo interpretativo. Aún cuando la TUNA ITESCA es plenamente reconocible, son todavía muchas las preguntas que nos hacemos respecto a su origen y tradiciones.
Determinar el origen de las tunas ha sido una labor que no logra precisar una fecha ni un lugar del todo específico. Una mezcla de registros y leyendas permite acercarnos a la versión más aceptada. En la Península Ibérica durante el S XIII, grupos de músicos profesionales, aprendices y aficionados conformaban un grupo en víspera de las fechas de carnaval para participar de esas festividades disfrazados con atuendos de algún tema en particular. El grupo musical se desintegraba hasta el año próximo en donde repetía su aparición; esas agrupaciones se conocían como Estudiantinas Carnavalescas.
Fue hasta aproximadamente 1842 cuando en las universidades españolas, estudiantinas de verdaderos estudiantes se reagruparon para representar a su escuela considerándose ese momento como el inició la progresiva distinción entre Estudiantinas y Tunas. Las Tunas se integran únicamente por estudiantes universitarios varones. Desde su origen ha sido siempre la figura del estudiante universitario, pícaro, romántico y con ciertas habilidades musicales es el distintivo de esta agrupación musical.
LA TUNA ITESCA se presentó por primera vez en 2011 como tuna novata por no contar con integrantes con el grado de Tuno. Fue el resultado de la iniciativa de dos jóvenes estudiantes, Gabriel Quintero Beltrán (Gabo) y Alberto Osorio Pillado (Beto) que lograron reunir a un reducido grupo de jóvenes entusiastas cuya principal característica fue y ha sido, el amor y respeto por su universidad y el deseo de representarla a través de una de las formas de agrupación estudiantil más reconocidas: una tuna.
La Tuna ITESCA recibió el grado de Tuna, con la imposición de Becas en 2013 a sus dos integrantes fundadores y a dos elementos más: Cesar Agustin Ramirez Gómez (Chacuaco) y Fidel Ángel Ochoa (Wendy). Los integrantes de la Tuna ITESCA se unen a este grupo por las más diversas razones y motivos; sin embargo a pesar de los argumentos que esgrimen para ser aceptados no pueden esconder su deseo de “pasarla bien y viajar.” Con tan “nobles” intenciones, no siempre es posible pertenecer y menos aún permanecer en la Tuna ITESCA, así que fieles a la tradición, son aceptados como pardillos.
Tuna ITESCA, así que fieles a la tradición, son aceptados como pardillos.
Los pardillos son aspirantes con o sin habilidades musicales pero dispuestos a servir en la tuna para representar a ITESCA y a aprender de los demás elementos de mayor grado y permanencia. Se les puede distinguir por no portar el uniforme de la tuna y vestir pantaloncillos negros y camisa blanca. Con su desempeño y disciplina van ganando el privilegio de portar el uniforme constituido por pantaloncillos y jubón que los distingue ya como novatos. El siguiente distintivo es el uso de la capa.
Cuando un elemento de la Tuna, ha demostrado su disciplina, compromiso y alcanza un reconocible grado de dominio de los instrumentos propios del género (guitarra, pandero, laud, bandurria) y previa deliberación de los Tunos, puede ser becado en un ritual que sigue el grupo como parte de las ceremonias, ritos y tradiciones propios. La beca es una suerte de estola con el escudo de la institución y el nombre y mote del nuevo TUNO.
El pasado día viernes 29 de abril tres integrantes de este grupo representativo recibieron la beca que les confiere el grado de TUNOS, se trata de los jóvenes Jesús Fernando Contreras Mendoza (Chapo), Jonathan Gael Arellano Guzmán (Furby) y Julio César Hernández Castro (Mutante).
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